Accidentes Médicos

 

Riesgo en manos profesionales

Los médicos y las enfermeras son sin lugar a dudas unos de los profesionales en los que ponemos toda nuestra confianza, gozan del respeto y la admiración casi sin excepción de sus pacientes, ya que nos atiende en un área muy vital como es la salud, curar al prójimo es su divisa, sin embargo en ocasiones pueden ocurrir algunas equivocaciones u errores que logran afectar de manera negativa el estado general enfermo.

Uno de los accidentes médicos más comunes tiene relación con la medicación incorrecta o la contaminación, un ejemplo interesante es cuando se administra un antibiótico que genera una infección por Clostridium difficile, la misma es una bacteria que vive en los intestinos de muchas personas, forma parte de su equilibrio intestinal normal, pero al ingerir algún anticuerpo que lo altere, se multiplicara de manera descontrolada, generando una serie de sintomatologías que pueden agravarse de no tomar medidas.

Los casos de contaminación por Clostridium difficile se dan generalmente en hospitales o centros de cuidados de ancianos ya que no se cumplen con protocolos de higiene adecuado, pues la espora que transmite la infección es muy resistente y puede estar presente en los baños, en los pañales de personas con incontinencia, en los guantes de médicos o enfermeras, de manera general en las habitaciones de hospital y pueden ingresar al cuerpo a través de la nariz o de la boca, de allí al estómago y finalmente se alojan en los intestinos donde se multiplican e inician la enfermedad.

Los síntomas son diversos y si no se atienden a tiempo pueden agravarse, se caracterizan por una diarrea liquida frecuente, hasta aproximadamente 15 veces en un día, un fuerte dolor abdominal y vientre distendido, pérdida del apetito, temperatura elevada y sangre o pus en las heces. Esta sintomatología se puede convertir en un factor de riesgo elevado si se encuentran presentes en el paciente otros elementos como enfermedades preexistentes, la edad (niños o ancianos), tratamientos con variados medicamentos o deshidratación.

Este microorganismo Clostridium difficile está presente en un pequeño porcentaje en casi todas las personas sanas, pero la ingesta de antibióticos o la contaminación por falta de limpieza de orina y limpieza de heces hacen que proliferen creando un sobre crecimiento que genera en la enfermedad.

Atacar los síntomas

 

Tratar la infección por  comienza con la prevención, ya que si se receta un antibiótico y comienzan a presentarse los síntomas, el médico debe suspender el medicamento de inmediato, sustituyéndolo por otro que no genere la enfermedad. También se evita el contagio extremando medidas de higiene desinfectando todo posible foco, tanto en los baños como las habitaciones del paciente así como la limpieza de orina y limpieza de heces que puedan ser focos de transmisión o contaminación. La recaída es frecuente en casos graves así que se debemos estar atento y cumplir el tratamiento completo.

Existe diversos procedimientos a tomar en consideración para tratar la infección por Clostridium difficile, empezando con acciones que puede el paciente cumplir bajo su propio criterio, como beber agua potable o líquidos en abundancia para rehidratar, evitar consumir productos lácteos salvo el yogur que restablece la flora bacteriana, alimentos cuya base sea la harina de trigo así tambien los granos en general, prescindir de ingerir medicamentos antidiarreicos sin consultar al médico pues logra ser contraproducente y encubrir la enfermedad generando que ataque con mayor fuerza.

En caso de presentar una sintomatología grave, se debe recurrir al médico de inmediato, ya que se requiere de medicación. En la mayoría de los casos se receta Metronidazol un medicamento que combate los microbios, en algunos enfermos no es muy efectivo por eso a veces se recurre a la Vancomicina, que es más fuerte. Un bajo porcentaje de los pacientes se complica afectando el colon lo que podría ocasionar una intervención quirúrgica de emergencia.

El pronóstico en general de los pacientes con infección de Clostridium difficile es favorable, la mayoría se recupera sin complicaciones aunque un porcentaje tiene recaídas unas semanas después de terminado el tratamiento lo que implica una segunda ronda del mismo. Pero lo realmente significativo en estos casos es prevenir, siendo exhaustivo en la desinfección de los objetos o lugares donde hay o hubo enfermos.